lunes, 3 de diciembre de 2012

La Verdad

• La verdad tropezó en la plaza. – Isaías 59:14.
¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz… ! – Isaías 5:20.

A lo largo del proceso que lo condujo a su condenación, Jesús dijo a Pilato, quien lo interrogaba: “Para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”. Entonces Pilato le preguntó: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:37-38). Y luego salió sin esperar la respuesta.
Han pasado cerca de dos mil años y los hombres siguen haciéndose preguntas respecto a este tema. «La verdad no existe», responden algunos. «Pretender conocerla es un orgullo que puede conducir a la intolerancia», dicen otros. Entonces, ¿dónde hallar la verdad? ¡En Dios; él es “el Dios verdadero”! (Jeremías 10:10). Su palabra es la verdad (Juan 17:17), y su Hijo vino al mundo para traernos la verdad (Juan 1:17). Jesús mismo dijo: “Yo soy… la verdad”. Dios quiere que “todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1ª Timoteo 2:4).
Sin embargo muchos la rechazan. Y negar la verdad es rechazar a Cristo mismo. Tal actitud trae inexorablemente el juicio de Dios sobre los que no hayan creído en la verdad (2ª Tesalonicenses 2:10-12). ¡Qué terrible sentencia, y ésta sólo es el preludio a su condenación eterna!
Si usted posee la Biblia, tiene la verdad divina al alcance de su mano. ¡Léala! En ella encontrará a Jesús, expresión perfecta y viva de la verdad. En él hallará, no la verdad que condena, sino “la gracia y la verdad” unidas para salvar (Juan 1:17).

No hay comentarios:

Publicar un comentario